pensaba duditativo pachín,
estando todavia en paro,
qué los dias son mas caros
para ser del todo feliz.
hablamos del sexto mandamiento
y las exigencias de su esposa,
que viniendo al cumplimiento
trataba de alargar la cosa.
exigiendo a su marido y contrario,
más de los cinco reglados minutos.
--¿tú papa sabes? no es un dispensario
¿lo entiendes? por eso no disfruto.
no era diestro en labores caseras,
aunque recibía el perdón de dios.
y cinco minutos mas en la "güera",
era para él,casi la excomunión.
así que pachín pensaba y pensaba,
dándo vueltas al turdido meño,
hasta encontra la consabida taba.
para no morir en el empeño.
por eso rezaba más y más rosarios,
para enfriar su mente calenturienta
y servir de "extremaduro" dispensario
a su extresada y amoroxa parienta.
pero un único día . . . el preservativo
en el punto más alto de la contienda,
sintiendo todos los humores vivos,
pensó:"que baje dios y lo entienda"
"si yo la tengo que dar una hora,
que sea así de tanto completa
y si el santo padre,lo mío, discrepa
que se eche una buena,buena señora.
. . . . .