Aprendí a dominar mi cuerpo, mi mente y mis sentidos, cuando estudié la enseñanza China, Tai Chi Chuan, movimientos que se caracterizan por la unión de la conciencia y el movimiento corporal, la lentitud, la flexibilidad, la suavidad, la firmeza, y el sentimiento de armonía que transmite, beneficiando la salud, la disciplina y el desarrollo de la integración cuerpo, mente y el equilibrio personal; a partir del Tai Chi Chuan, he desarrollado otras disciplinas del arte marcial, la disciplina tibetana, de ahí pude adquirir abrir mi mente, relajar mi cuerpo y cargar mi alma de energía positiva. Aprendí a ver cada situación, del tamaño e importancia que realmente tiene, para mi bienestar personal. Por eso, la música y la poesía es el alimento principal de mi alma y mente, más el ejercicio corporal, mantiene alerta todos mis sentidos de defensa. Aprendí a interpretar cada intención o cada palabra, el dominio de mi mente va más allá de la meditación de los opuestos, la mente sola, si no podemos dominar, es una cárcel con barrotes, no debemos dejarnos llevar por la mente, sino ir más allá de ella; de ahí nace mi paciencia y tolerancia hacia mis semejantes. La armonía con mi espíritu me da la tranquilidad y seguridad personal que necesito para vivir en paz con mi conciencia, la naturaleza y el mundo.
Lina
Lagodecristalesazules
30/05/2017
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