He visto a través de las rendijas,
lo que tanto he deseado ver.
Y no veo nada ni el eco de tus sonrisas,
cada vez es triste mi amanecer.
A veces la lluvia me trae música triste,
cuando la escucho caer en mi tejado,
y todo mi jardín se ha marchitado,
desde aquel día en que tú te fuiste.
Si apenas el aura de tus ojos alcanzo a sentir,
y la sombra de tu sonrisa en el cristal de mi ventana.
Gota tras gota me trae la nota de tus palabras,
y es el deseo de que vuelvas a mí.
Pero estas lejos y jamás escucharas.
Ya agoniza abril y con él, el deseo,
de seguir pensando en ti.
Y vagamente la frescura de cada tarde,
me trae tu aroma y algo parecido,
a tu sonrisa fluye muy dentro de mí,
y es que sigues aquí aunque estés lejos,
siempre vivirás muy dentro de mí.
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