Las aves callaron sus cantos al árbol

Calla el árbol que escuchó el canto de las aves,
eco de silencio murmura de la dicha del pasado,
lo mucho y lo todo siempre son tan breves.
No solo serán recuerdos, tanto amor entregado.
Es tortura sobre la espalda lo que la gente sabe,
las hordas creen que es nada el amor relegado
y que en ese vestigio solo el olvido cabe.
En alguna pared el reloj la hora ha marcado.
¿Quien ahora marcará el nuevo presagio del destino?
acaso revulsivo es romper toda quejas del silencio.
El enemigo es el desánimo en medio del camino
en la aventura de los versos se mitiga cansancio.
Las ramas secas es dolor en aquél árbol silencioso
que en otro tiempo, fue estandarte de tantas belleza,
a pesar del olvido, de vivido y gozado esta orgulloso,
lo rudo de la vida, ahora queda en su dura corteza.
Autor: Alcibíades Noceda Medina