Las cadenas del preso...

Las cadenas tintinean en la estancia
-cerrada por reformas estatutarias-.
Desnudo el diario de cartón
de sabores agrios de limón.
¡Olores carcelarios que se aplican
a narices de ricas perspectivas!
"clin,clin,clin..."
Aves ligeras como dardos,
de trazo perpetuo en el folio blanco del rumor impreso.
Aves que ya no vuelan, con eslabones de hierro
en sus alas blandas de cera.
Continuas escapadas con la frente
hacia el océano infinito de occidente;
llanuras de la Pampa o Patagonia o el alto Atlas
-naciones o prisiones de altos suelos-.
Alboradas retorcidas, hirientes.
Eslabones de cadenas que diariamente
vienen y se van y retornan con ciclo suizo,
y aprietan otro poco: ¡esclavos ciegos!
Canta el ruiseñor en la ventana,
la calandria baja planeando junto al trigo
maduro del verano acicalado y repeinado.
El halcón es un punto en el olvido
de la mente adormecida del preso.
pio espejo 30 abril 2006