Me hicieron fuego tus caderas,
blancas como la nieve en las montañas,
me recuerdan también tus senos firmes
aquellas montañas que reflejan la piel
de esa, tu figura entera.
Aquella noche, hasta la luna quiso
arder en llamas de pasión sincera,
como la Venus en tu rostro, fijo,
quiso también que yo la quiera,…
pero tus cabellos acariciaban mis oídos,
y como las estrellas también pareciera
decir juntas;… ¡A ti me entrego!.
Sobre tu vientre el sudor de mi pecho
llegaba a mis ojos volviéndome ciego,
que hasta los pies te llegue a besar
sin saber que a la cama la bese luego,…
suspirabas y tu rostro inocente
hizo de ti una fiera imprudente
que endulzó mis labios y ablando mis dientes
como temblar también, mis manos,
mis labios, hasta mi frente;…
tus manos envueltas sobre mi espalda
rozaban agitadas mi cintura sudorosa,
mis labios ahorcaban tu cuello
y tus piernas se ahogaban como dos rosas,
que en vez de agua, lo hacían con fuego…
y el movimiento de nuestros cuerpos
hervían la sal de nuestros llantos:...
Tu;… por hacer fuego mis desiertos,
Yo;… por hacer hoguera tus encantos.
EstertoR de AmoR
Junio del 2006