Ayer paseaba por la noche, cerca de la orilla del mar, tome entre mis manos un caracol, por instinto lo puse en mi oído, y pude escuchar tu voz, que me llamaba dulcemente, repetí muchas veces la experiencia, me quedé extasiado, al escuchar te espero en casa, regrese lo mas rápido, cuando llegue a casa mi corazón latía con furor, entré ilusionado y te contemple en la cocina, mientras me decías ¿donde fuiste a buscarme?, siempre estaré en casa, acompañándote en cada momento, en ese instante desperté.