Nunca me digas adiós
dijo el gran Pablo Neruda
sin desearlo se vienen a mi estas frases
Me dices adiós,
te quiero todavía,
quizás seas luz
convertida en lejanía.
Me escondo en el arcano del olvido,
me succiono con fuerzas en la aurora,
me cobijo en la sombra de la luna,
me refugio en el amanecer de la alborada
Sal de mí,
parte de aquí,
qué hacer para ahuyentarte
qué hurtar para sanar de tu recuerdo
Eres rémora oculta en la sabana,
eres silencio de altos decibeles,
eres angustia en las nostalgias,
eres y eres tantas cosas
que nunca serás nada en mí
siéndolo todo.
He renunciado a ti
en aquél poema,
he renunciado a ti de ayer y para siempre.
Jamás creceré de nuevo en tu huerto,
jamás germinaré este dolor en mi pecho,
aunque sus ramas y enredaderas calcinen mi ser.
hasta el nunca y siempre.
Seré atardecer hermoso quien se durmió en el ocaso,
seré la neblina quien se retiro ante los rayos de sol,
continuaré hasta el nunca y siempre
perdiéndote
sabiendo que por siempre te he de tener.