Quién eres tú tan moza,
capullo de primavera,
que ni el frío del invierno
me impide que yo te vea.
Qué viento rizó tu pelo,
qué artista pintó tus cejas,
y puso el rostro de un ángel,
en tu cara de princesa.
Qué diosa te habrá prestado,
ese cutis de seda la miel.
Y esos ojos tan hermosos.
Con brillo de las estrellas.
Tus manos son dos palomas,
que al aire revolotean,
y van formando emoción,
como una sutil estela.
En el carmín de tu boca,
quiero beber agua fresca,
libar tus labios dormidos,
con dulce miel de colmena.
Las curvas de tu cintura,
Enlazan ritmo en tu cadera,
Que con placer aceptarlo,
Mis manos son algo traviesas.
Vas altiva con tus pasos,
Dibujando la vereda,
Y tú perfume de rosas,
Queda flotando en la hierba.
¿Quién te trajo a la vida?
¿Quién la bendita cigüeña
que te trajo desde el cielo
para reinar en la tierra?
Mujer que naciste al mundo
cual mariposa coqueta,
quisiera ser una araña
para envolverte en mi tela.
Tenerte en mis brazos
Pura y grácil criatura,
dormir contigo las noches,
besarte cuando amanezca.