Con paciencia infinita,
sin prisa yo te espero;
sin idea precisa de quien seas,
y sentado a la vereda de mi vida,
contemplo el discurrir
de lo que pasa,
Aquel viejo que en su vieja faz
refleja sufrimientos, nostalgias,
y mil penas.
Este niño sonriente, que camina
sin saber de amarguras ni tristezas.
También me veo yo, caminando,
venir hasta mi encuentro,
y del camino pasado,
los recuerdos a mi llegan.
Unos hermosos, y otros muchos
no tan bellos.
Mas se que habré de esperar
con infinita paciencia,
y sobre todo saber,
cuando es el momento justo
de volverme a levantar del sitio,
en que yo sentado, espero sin
impaciencia lo que siempre
hube esperado y hasta en el día de hoy
no he sido capaz de hallarlo.
JGL
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!