Tan sólo fijé mis ojos en ti,
y me percaté de tu gran belleza,
toda una dama de pies a cabeza,
fue la impresión que dejaste en mí.
Sería precioso observarte eternamente,
y así formar parte de tus movimientos,
que sin tu cuerpo me sienta sediento,
y que tus ideas vivan en mi mente.
Cuánto me encanta acariciar tu piel,
y besar el derrame de hermoso color,
que mi esencia sea tu embriagante olor,
y que tus labios para mí sean la miel.
Qué maravilloso escalar por tus caderas,
y acampar en las laderas de tu pecho,
que tus brazos me cubran como un techo,
y tus palabras sean mi brisa de primavera.
Si te veo de espaldas me sube la presión,
y más cuando te abrazo con amor,
que siento en todo el cuerpo un dolor,
producido por el exceso de fricción.
Me encanta ver en tus ojos mi reflejo,
y sentir que por ti mi alma se muere,
que sin tus labios la boca me duele,
y me siento de ti extremadamente lejos.
Quiero dejar de sentirme tan muerto,
para comenzar a amar tu dulce alma,
luego amar cada uno de tus sentimientos,
y concluir amando cada rincón de tu cuerpo.
EFRAIN TRINIDAD RODRIGUEZ
PoetaDeDios, Morovis, P.R.
Copyright Año 2002