Por las noches perturbaba mi mente,
escribiendo versos sin parar.
absurdo motivo evasivo
era mi dolor cardinal.
Sentido de rechazo,
mientras la penumbra de un cuarto era mi compañía
mi cuerpo agrio,
mi sangre amarga,
Lúgubres letras sin reconocimiento
solo testigos mudos de un infierno,
la desesperación aún mas fuerte,
el odio, rencor aún más grande.
Cada palabra petrificada
un llanto de domingo por las mañanas
cursos y relatos
cursilerías de un Padre siendo ser la voz de un ser más grande.
Muerto digo es un engaño
un Dios, varias iglesias
es una mierda creada por cada sacerdote.
llaman al infierno una noche perfecta.
Horror de poesia, palabras sin tinta,
misma sangre en cada renglón
término la última oración.
Mi alma besada, llevada por la firma dulce soledad.