Padre nuestro que estas en los cielos...
y cuando vienes, destruyes mis dominios,
estos territorios en los que creo
pensando en adulto, callándome cual un niño.
Vienes a mi glorificado...pendenciero,
blandiendo la cruz en forma de sudario,
Padre nuestro, del infierno, tus ruegos
haz de mi cuerpo tu ruin depositario.
escarba en mi sangre, suda en mis tejidos,
rompe el silencio de años de batallas,
creer en tus dones de espiga vestido
creer en aquel, que cuando otorga se calla.
Padre nuestro, en la tiniebla esparcido
entre tanta violencia, ante tu risa dormida,
no me inclinaré, a tus pies, si has bebido
mi sangre aún tibia, de tibias partidas.
Y si tienes verguenza en mirarme a los ojos
verás al verdugo sabiendo a recuerdo,
estabas dormido! tu sueño, tus rojos
volcanes de ira, a mi piel, asintiendo!