Tan claros como el resplandor del mágico bosque;
pupilas cristalinas reflejando la pureza del alma, clara, transparente, inquieta.
He de reflejarme toda la existencia en tan bellos ojos, ¡ojos míos!,
que tan bellamente han permitido tocar el fondo de tu alma, desprendiendo suaves caricias,
perdiéndome como ave al horizonte.
Lindos míos que jamás he pensado tocar ni con la esencia de la rosa misma, pequeñas
y húmedas lágrimas entristecen lo rosado de tus mejillas partiendo mi alma como dagas cristalinas.
Si yo he querido toda la vida resplandecer tan bellas pupilas, he de absorber cada lágrima tuya,
cobijarlas en lo íntimo de mí.hasta que un día; sea una sola…