En las manos de Dios encomiendo,
cada paso y salud de mis hijos,
de mis nietos; la suerte y el sino,
de mi amor; su cariño y abrigo.
En las manos de Dios encomiendo,
toda el hambre y dolor de este mundo;
a los hombres que claman derechos;
a los pobres, y a los vagabundos.
En las manos de Dios encomiendo,
la amistad de mis buenos amigos,
mi esperanza de un nuevo reencuentro,
con aquellos que ya han partido.
En las manos de Dios encomiendo,
tantas armas y todas las guerras,
a los seres que por la pandemia;
¡hoy fallecen sin nadie a su lado!
¡Tal vez pido al Señor tantas cosas!
pero sé Él no tiene imposibles,
porque está en las penas y rosas,
¡porque Él es Amor invencible!
Autor.
Marleny De Paz.