En el mundo hay millares de personas,
que convive con su amada o amante,
por tener, no son particularmente
felices, por poseer amor a manos llenas.
A mi amada ausente, he exaltado
cada mañana, día a día su nombre.
Me avergüenza un poco como hombre,
que al nombrarla, hasta he llorado.
En mí el amor, no es mitología inútil,
en nombre de esta mujer, haré eterno
la felicidad, mi soledad no condeno.
Ella vive en mí, aun la siento tan sutil,
nuestras almas juegan y se aman.
No estoy loco, ni soy lo que se imaginan.