Te fallará el mundo entero,
pero yo ¡jamás!
y aquí está la diferencia:
yo no soy sólo apariencia,
mi amor es fiel y veraz.
Por la forma en que te quiero,
para mí, tu estás primero
y, ya después, los demás.
No te fallaré jamás
pues mi amor es verdadero,
tengo un corazón sincero
del que no te librarás.
Conmigo no hay desengaños,
con el paso de los años
ya tú lo comprobarás.
La razón de mi existencia
ésa, siempre tú serás;
pues tengo plena conciencia
del valor que hay en tu esencia
y ¡NO TE FALLARÉ JAMÁS!-
Eduardo Ritter Bonilla.
Domingo 13 de Septiembre del 2009, 5:23 a.m.