Siempre decimos cuando pasamos una mala rracha o cuando estamos bien pero sin querer voltear tu autoestima dices: no quiero pensar en eso. Nos sentimos agusto como cuando acabamos de dar un beso. Nos mal interpretamos en nuestra mente, sólo son discusiones inertes las que te llevan a deprimir o a enojar, el alchól es por quien nos dejamos aconsejar, sientes tu corazón apagado y con polvo se retracta ante la mente y está por busca desalojar. El fuego de volundad esta echada por en el piso porque no tiene fuerzas de credibilidad, tu alma se siente sólo con mucha frialdad, estas débil y jamás te creíste tan imbécil. Vagas amarrado a tus preguntas, tus pensamientos son amenazas e intentas salir de esas puntas, no puedes enojarte por tu propia culpa, ver cómo te señalan acorralan y amenaza el futuro de la situación te abundan en un siclo de muerte lenta, no ver de lejos la luz de la salida te asustan porque al llegar a la puerta sabes que te matara, mucho siguen caminando pero yo me retiro si a la final igual me fragmentarán, cada trozo son cada anhelo que he perdido, siempre estarás pensando como aves retornando el nido, casi nunca impones tiempo para pensar positivo y ahora menos que nunca te dan ganas de estar vivo. Vamos levantate áun hay muchas personas adelante que buscarán amarte, sienta tu corazón y sólo espera a que el tiempo te ayude porque siempre tiene la razón, nunca mires atrás o te des la vuelta para mirar porque te clavará una espina que martillara en tu pezón, nunca mires pues recuerda que detrás de este está tu corazón.