La mente me recordaba
mi juventud perdida,
cansado y enjuto estaba
sin interés ya por la vida,
como aquel viejo roble
que tantos años había vivido,
hoy me encontraba al borde
del final del camino.-
En sus ramas habían nacido
unas verdes hojas vivaces,
que albergaban un nido
de crías de aves rapaces,
que al no haber aún crecido
piaban muy voraces.-
Con el transcurso del tiempo
mi verdadero y sincero amor,
fue como aquella bella flor
que se marchitó con el viento,
pero nunca olvidaré querida
tus palabras, tu risa y tu querer,
agradeceré siempre a la vida
haber amado a una gran mujer.-
(Enero 2014 - JOMCI)