Con el más dulce de los besos,
amor, he de saciar
tu sed de dicha y compañía.
Con la más fiel veneración,
amor, te he de seguir
por todo el mundo, noche y día.
Por cada mes de soledad, amor,
que hayas tenido en el pasado,
será ese hueco y tu dolor
por mi cariño compensado
con una eterna adoración
ya sin final ni condición,
sin el temor de que, otra vez,
tu corazón se vea frustrado.
Con el más dulce de los besos,
amor, tibio y ansioso,
he de llenar tus labios rojos
con un amor esplendoroso.
Con esta tierna ensoñación
he de llenarte, tembloroso,
del dulce vino del amor
hasta colmar tu corazón
puro y hermoso.
Con el más dulce de los besos,
amor, seré tu sombra
que te acompaña, inseparable,
a donde quiera, a todas partes;
con esta cálida pasión
haré cumplirse tu ilusión
hasta vibrar, siempre los dos,
en un abrazo arrobador
de dicha y gozo.-