Es un vicio, pensar en tu mirada,
y un vicio ya es también, el adorarte,
así que aunque procure no pensarte,
el alma a ti retorna enamorada.
Un vicio es contemplar la madrugada,
y en esa madrugada recordarte,
y en todo lo que miro, suelo hallarte,
de forma inexplicable y resignada.
Es vicio suponer, que entre mi almohada,
se esconde de tu esencia alguna parte,
sin ver que de tu esencia, nunca hay nada.
Y ya que soy adicto a recordarte,
te pido me comprendas, dulce amada,
pues sufro tanto el vicio de esperarte. (2006)
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!