ALGO FUE
Recuerdo sus manos
suspendidas en el viento,
entre azules mariposas;
recuerdo sus labios
adheridos al temblor de la tarde;
recuerdo sus ojos
en un ideario de palomas,
sus palabras
en templos imperiales,
sus ademanes
interrogando horizontes;
recuerdo las fragancias,
de su alma
palpitantes de endechas,
las frases que
huían de nuestros labios,
cuando íbamos perdidos
por palacios,
empedrados de silencio;
recuerdo su aroma de mujer,
musitando canciones
embriagueces en mi piel;
recuerdo, tus “te quiero”,
como una celosía,
en las ventanas del cielo;
todo lo recuerdo,
aunque ya no existe
el sendero que pisaste,
ni tu sonora risa
aprisionando
mis pesares.