Tuve tu mirada, tan fresca entre mis ojos
que aún la conservo, sesgada en mis adentros,
cual una deidad de algún ente caprichoso
que te puso en mi camino...y hoy no lo detengo,
que decirte, que ya...no te haya dicho,
Que te amo lo sabes, que te extraño lo intento,
que buscarte no puedo, que nunca será capricho,
y en tus manos las mías...en tu boca mi aliento,
que resurjas de todo lo que duele el momento
sin tener que bajarme de este cielo tan tuyo
que amarte es tan mío, y a veces tan cruento,
que me muero en tus sinos de variados murmullos,
que de haberte encontrado, amor, no te suelto
que me lloran los ojos de extrañarte y mi vida
te entrego tan tuya, a tus pies, a tu cuerpo,
que al tener tu mirada...ya no quiero la mía.