Unidos en la infinidad del amor,
la soledad nos dijo adiós,
Unidos en matrimonio celestial,
juntos caminamos hacia el sol.
Quién diria, la esencia del ser,
esta en su miel de adolecente,
cuando los dos unidos ante Dios,
juramos ser uno para toda la vida.
Cuando las manos de los novios,
se juntan ante el altar del divino,
los cielos se abren a las estrellas,
y todas las promesas se funden.
Que momento más estremecedor,
cuando juntos oramos al amor,
hay púrpura ternura en la piel,
un beso a sellado un amanecer.
Mientras la vida enseñara,
que hay noches obscuras,
a pesar del cielo radiante,
de las estrellas y el diamante.
La comprensión deberá ser parte,
del ideal que nutre a los amantes,
las opiniones que difieran,
serán manejadas con alma y arte.
Que la brillantés de cada depertar,
no ciege vuestras primeras acciones,
aprendan encontrar sus errores,
en la verdad que une a los actores.
Esposa,olvida los fatuos presentes,
por que son estrellas falsas,
que las nubes ocultarán en la tormenta,
cuando las primeras lagrimas se asomen.
Esposo, no olvides tu juramento,
que el cielo castigará con fuerza,
cualquier pequeño atrevimiento,
ser infiel a los castos sentimientos.
Cuando se separen por error,
únanse por conciente rectificación,
sus hijos reflejaran todos sus actos,
como copia fiel de la cruenta batalla.
Sientan temor al ofenderse,
sientan amor ante el perdón,
que unidos serán fuertes,
separados un acto de dolor.
AUTOR: IVAN CARRASCO AKIYAMA /PSEUDÓNIMO: D_amadore