En lo profundo de un callejón oscuro,
donde abunda todo mal personificado,
donde el más valiente no se siente seguro,
y donde nunca deseé estar parado.
Donde las ilusiones pierden su gusto,
y el alma no encuentra consolación,
donde cualquiera se moriría de susto,
y donde la inocencia es víctima de violación.
Donde la libertad vive encadenada,
y el deseo desea no poder desear,
donde la pasión no siente nada,
y donde la vida se desea acabar.
En ese maldito rincón de este mundo,
me siento por la ausencia de tu presencia,
por no tener un verdadero amor profundo,
y no poder besar la dulzura de tu escencia.
Entiende que mientras no sepa quién eres,
viviré en una terrible e impactante agonía,
pero juro que uno de estos amaneceres,
despertaré acompañado de mi eterna alegría.
Podré mirarte de frente por siempre,
y darle gracias a Dios por tenerte,
mientras tanto sigo deseando que llegue,
el bendito día que yo pueda verte.
EFRAIN TRINIDAD RODRIGUEZ
Morovis, Puerto Rico
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