Miralo
yá no es un hombre,
solo un trozo de vieja
historia, que navega
a la deriva
por el oscuro vientre
de los recuerdos.
Su pelo cano,mudo testigo
de los azotes del tiempo,
envuelve de silencio los ojos
de la mañana y baña
el nuevo dia,de olor
a versos y leyendas.
Cuando recueda su niñéz, su cara
cobra nuevos colores,brotan
de sus mejillas manantiales
de añoranzas y baña
con sus recuerdos, las nalgas
de la inocencia.
Yá no es un hombre.
Solo es un trozo de vieja
historia, que navega a la deriva
por el ooscuro
vientre de los recuerdos.
Una diminuta semilla
que engendra en los surcos
de la vida,el maiz
de la conciencia.
Un pino que se abraza desesperado
al susurro del viento.
Un rio, anhelante de realidades
desbordado por los amargos
caminos de la irrealidad.
Yá no es un hombre...