Este sol de noviembre,
puro sin devaneo,
tan cercano se siente,
que dan ganas de tocar el cielo.
Y es casi invierno,
pero reluce con fragor,
casi con sentimiento.
Como en un sueño
veo la luz cual encendido faro,
que ha de guiar mi espiritu sereno,
hacia lo mas bello,
que gravado a fuego
en el corazon llevo.
Son tus dos ojos
candidos luceros
y es mirarte consuelo
de afliccion y de duelo.
No quiero la luz si no te veo.
Que no amanezca prefiero
si no he de verte
entre flores de almendro,
tendida en el campo,
despertando la pasion
de mi solitario pensamiento.