Si mi Salud te estoy pidiendo a gritos
No es porque mi soberbia se rebele
Contra tu voluntad y tus designios.
Es que mi Vida no me pertenece.
Se la debo a mi Esposa y a mis Hijas.
De Ellas quisiste Tú, Señor, que fuese
Y a Ellas les consagré toda mi Vida.
Mi Dolor no me duele por ser mío.
Tuyo soy para todo lo que quieras.
Si mi Dolor me duele, bien lo sabes,
Es por serlo, también, el Dolor de Ellas.
Y al ser de Ellas se me hace,
Más grande aún, más grande,
Que si mío del todo sólo fuera.
Dame un Dolor, Señor, tan solo mío
Que sólo yo lo sienta
Y a todos pase desapercibido.
¡Pero derrama sólo sobre Ellas
Todas las gracias que por él merezca!