Ayer te ví con tu cuerpecito tan pequeño
que no sabía con tenerte entre mis brazos,
me enseñaste de a poco entre tus raros sueños
de bellos jardines y jugarretas de payasos.
Ayer te ví y en tus muecas de insolencias
pescaste mi sonrisa con un beso en la mejilla,
salpicaste de crayones las paredes y mi ausencia
te ponía en los caprichos y llorabs en tu silla.
Ayer te ví con los libros de una escuela
presta a comenzar la tarea cotidiana,
el buscarte a su puerta rociandote de esperas
con un chocolatín que al segundo devorabas.
Ayer te ví dibujando en mis ventanas
un corazón con un nombre de fantasía,
cambió tu mirada y de pronto abrazabas
el sueño del amor que llegaba aquel día.
Ayer te ví de la mano y enamorada
con ese muchachito que me quitó tu presencia,
entre el celo de perderte sentí que me quedaba
sin tus ojitos de miel llorando por tus ausencias.
Ayer te ví acurrucada en mis retoños
volviendo a perecerte a aquella damicela,
mirando por tus ojos, tal vez en este otoño
vuelva a buscarte como antes a la escuela.
Y hoy te veo, casi mujer que ha despertado
a la vida como un síntoma de la naturaleza,
paseando por tu boca el chocolate que he comprado
como antes, cuando niña, te aferrabas a mi corteza.