Cuando yo te encontré un día en mi mundo,
dentro de mi edad crecída, tú no pertenecía,
en ese entonces cargarte en mis brazos podía,
pero el decidido tiempo te llenó de segundo.
En ti yo veía que regalabas dulce sonrisa,
siendo aun niña, veía feliz tu mirada profunda,
cada cuento infantil es de inocencia rotunda,
te apresurabas a contarme todos; muy de prisa.
Sube el tiempo sobre tu cuerpo trasparente,
tu rostro es de azucena y rosa en capullo,
en recuerdo aun eres la pequeña de mi orgullo.
Al relámpago del tiempo me muestro indiferente.
La fragancia vivida envejece tanto por lo vivido.
Me queman los ojos de una estrellita escarlata,
el tiempo sobre mí, hizo mis cabellos de plata.
Tal vez has visto alegría en mí; yo no decido.
Autor: Alcibíades Noceda Medina
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!