Maldito Narcicista Perdona mi franqueza, sabes que soy directa y nunca te he mentido. ¿Qué te amé aquella vez..? Te aseguro es cierto; sobre todo vibró mi terca compasión, pero dejé de amarte de a poco, de a poquito sin percatarlo yo. Perdona mi franqueza, pero lo que precisas ya se hizo cenizas y sepultado está, aunque no he de negarte que llegué mucho a amarte, porque fuiste un gran genio para hacer tus caprichos basados en mi tristeza y sensibilidad. Sabías por mis labios lo angustiada que estaba, que lloraba entre sombras junto a mi soledad; mientras me preguntabas acerca de mi vida como zorro a su presa me supiste cazar, por mi baja autoestima, vulnerabilidad... Nunca tu boca dijo tantas dulces palabras, ni jamás por ninguna tu interés se expresó con sobrados halagos, chiqueos a mi nombre, tampoco tan amable, para luego insultarme con garras y con dientes cómo lo hiciste tú. Quisiste mancillar mi estirpe de mujer, llenar de culpas mi alma, desmenbrar mi equilibrio, sembrarme más dolor... El eco de tu amor lejano y tan incierto se esfumó en un desierto; por un latido agudo que dió mi corazón. Tu amor no dejó huellas, dejaste cicatrices. Perdona mi franqueza... ¡Maldito Narcisista! ¡Idiota perdedor! Ivette Rosario Ivette Hernández Más
Una dura realidad expresada mediante el arte poético, felicidades!