Después de varios días tendida en una cama,
sufriendo achaques propios de la edad,
recibí una llamada, que me hizo reaccionar.
Mi mas querida amiga me ha llamado,
para contarme que su amiga, a su vez, le ha confesado,
que muriendo ella está y no ha terminado
con los planes que con tanta esperanza,había trazado.
No supe qué decir y solamente,
sin pensarlo mucho,me levanté presurosa
a dar gracias a Dios de ser solo achacoza.
Ojalá que el Señor le otorgue el tiempo,
pues lo único que pide, es conocer a su nieto.
Hay que llevar la vida, como vaya pasando;
sin anclar, o atorarse en pequeñeces,
que duele la cabeza, que el líbido voló,
que truenan las rodillas o la "llanta" creció?
Tenemos privilegios que no sabemos ver,
por todo esto y mas, yo quiero agradecer:
Experiencia, ternura, eterna juventud,
que no se cuenta en años, sino en sabia virtud.