Habia una estrella lejana y serena,
que vagaba sola por la inmensidad,
jugaba a esconderse por quietas galaxias,
esperando que alguien la venga a buscar.
¿y Dios?.y Dios regresaba de fundar la vida,
contento,pensando que algo le faltaba
a su obra maestra.
detuvo un momento su andar y se dijo.
ya sé. le daré a los hombres su mayor tesoro.
algo del que nunca jamas ni uno de ellos,
pueda renegar.
giró su cabeza, miró hacia un costado
y una luz muy bella cegó su mirar,
le miró los ojos,le tomó las manos,
le besó la frente.
ella. asustada bajó su cabeza,y dijo muy bajo
-que quieres señor.-
de ti necesito tu esfuerzo mas grande,
tendras a tu cargo dolores y penas
seras la renuncia.seras el amor.
-¿y como es posible que sea todo eso?-
muy facil mi mas bella estrella.
le daré a los hombres sublime palabra
que tendrá tu brillo,
que nada ni nádie podra opacar,
con solo nombrarte calmaran sus penas,
y seras un faro en la oscuridad,
no temas mi estrella,
haré que los hombres de todos los tiempos,
te llamen. MAMÁ
avelino.
21/10/2007 02:28hs.
córdoba R.A
Querido amigo: Me han tocado el alma tus versos. En cada estrella hay una madre iluminando el sendero de sus hijos. Estoy segura que nuestras madres brillan de noche y de día para alumbrarnos siempre. Un DIEZ GRANDE a tan hermoso poema. Te felicito por el gran amor que tienes en tu corazón. Mi abrazo, Ivette Rosario. :!: