Hasta ahora nos habían castigado
a menudo los hombres y las ciudades,
-aquella brumosa isla
donde vivíste un duro invierno,
diferente de todo,
abandonado a tí mismo
y al exorcismo de la soledad,
en aquella gran mansión,
habitada nada más,
por el frio y la historia.
Hasta ahora hombres sobretodo
fueron los que te habían inflingido
los golpes más duros,
pero, más tarde o temprano nos deslibramos
del naufragio, nuevo,
y lentamente otra vez
intentabámos de no caer
como siempre
en la misma piedra.
Ahora, pero nos damos cuenta
que quien nos castiga ya,
sin ninguna piedad,
no són los demás,
sino la vida que nos asedía,impenitente,
hasta sacarnos de dentro mismo,
para que tomemos conciencia
para saber que un nuevo cumpleaños,
con él habremos pasado ya la edad media
de todos los hombres y mújeres.
- de todas la más cruel, como dijo alguién,
ya que és un claro período de guerra
sin enemigos definidos,
(demasiado grandes para continuar jugando),
Ciertos arrebatos ya nos están vedados,
demasiado jóvenes aún para asumir un rol nuevo.
todos nos adentramos con esfuerzos renovados
para reconstruir, en un difícil esfuerzo,
lo que no tenemos ni sabemos.
.CARMINA.
.5/6/1996.