Bolsito de nácar.
Hoy es un día especial.
No iré a estudiar,
cogeremos el autocar y
llegaremos a la ciudad.
Mi padre me lleva de la mano
voy contenta, hablando, saltando...
Mi boca se queda abierta,
todo es bonito, todo me gusta.
Al pasar por una tienda
allí me quedo pegada,
abriendo los ojos muy sorprendida.
¡Padre, padre, un bolsito de plata!
¡No, hija, es un bolsito de nácar!
Viendo lo que me gustaba
se mira por los bolsillos
dinero dice que no llevaba...
Pero sale contento de la tienda
¡Toma, hija, tu bolsito de nácar!
Lo cuidé como oro en paño.
Era especial, mi primer regalo...
Pero un día desapareció
mi regalo mas preciado.
Mi bolsito de oro blanco,
mi bolsito, el más llorado,
me duró muchos días el llanto...
Mi padre me lo había regalado...
Jucrema