Era en noviembre, era en otoño,
empieza a sentirse el frío de invierno;
me acerco al armario y tomo tu moño,
salgo al patio, observo y veo lo eterno.
La noche está tranquila, muy serena;
la Luna sonriente, aún en creciente,.
todavía no es tiempo de Luna llena,
mas Tú, habitas constante en mi mente.
La estrella más linda y cercana,
luce como Tú, mi bella dama,.
y me recuerda como el Sol la mañana,
la desnudez con que adornas mi cama.
El aire suave y fresco rosa mi cuerpo,
besa mis labios y despierta mi alma,
cruzo los brazos, abrazo mi pecho.
hallo calor, y mi corazón no se alarma.
Te imagino a mi lado muy sonriente,
retando a la noche y su frescura,.
segura Tú de lo que conmigo sientes,
para que te atrevas a dicha aventura.
Mi rostro empieza de súbito a cambiar,
a quedarse sólo y sin tu semblante;.
mis pupilas se preludian a dilatar,
a derramar lágrimas en abundante.
¿Será que lloro por tu ausencia?
¿Será por que te estoy extrañando?
¿Acaso tengo en el alma tristeza?
No, es de alegría y te estoy recordando.