Ella es hermosa, hermosa
Como esa hermosura que no
Se parece a nada, sin embargo;
Un goce sin frenos ni limites,
Semejantes a la expiación
Del infundado cielo,
Mas parecido a la felicidad,
Con la valentía firme
O como la cronista de la palabra
Que Dibuja en el arrojo de un suspiro
La sombra de la Montaña,
O El olor acanela de los bosques.
La azulada niebla
Robando el color y las formas
Al dulce cincelar de la hermosura.
Ella es hermosa, hermosa
Como el astro
Cuyas ondas besa la brisa
De muchas tardes,
Al mismo tiempo que la luna
Rivaliza su ego con la guarida del sol.
Es tanta belleza que devora
Las entrañas del corazón
Poseyendo el oro, las perlas
Los placeres y las alegrías.
Sus ojos como las olas del
Mar,
Cabellos de ébano
Y cintura esbelta como los juncos
De los lagos,l;
Sus párpados refrescan la luz
Que estrellan su bravura
En los liceos del culto.
Es tanta su hermosura.
Los bosques prestan su sombra,
Los ríos prestan su sed,
Su hermosura recorre
Ríos, torrentes, ciudades
Montañas, pueblos, países,
Hasta llegar a las cordilleras
Del Himalaya,
Tocando el cielo
Con la yema de los dedos,
Peregrinando los ojos
Mas allá del universo
Donde los planetas conversan
Y se alinean ante tanta belleza.
Y baja a la tierra,
Entreabre los soñolientos ojos,
Y agita el eslabón invisible
Entre lo finito y lo infinito.
Cubre el alma con la piel
Mudada de una boa
Y torna el rostro
Esculcando los rayos
Que hieren y matan a las piedras,
Sembrando el poder de la belleza
En cada milímetro,
De donde alcanza el ojo.
Trenzalas olas del mar
Con las húmedas lágrimas de un guerrero,
Que perfuma las nubes celestes
Con el Rocío de su cuerpo,
Que goza del océano
Al chocar los elementos
En el reflejo,
Como el poder de la belleza
Que siembra cielos
En cada una de las estrellas.