Solo el cielo sabe, amalgama de colores que mis sueños envenenaba
y el infierno, castigando la dualidad de mis estertóreos regresos
el viento, del ascetismo de confundir mi lado eterno
Solo el cielo sabe, de besos robados al destierro
y el infierno, de la boca compartida hasta enterrarme en silencios
de las noches, desahuciadas hasta matarme el aliento
Solo el cielo sabe, del testigo autista de mis tormentos
y el infierno, de la causa de mis madrugadas enterradas en desvelos
de una aguerrida lucha embistiendo los señuelos
Solo el cielo sabe, que cada palabra con la duda conversaba
y el infierno, de la moneda de cambio en que acomode mi vida
rojo y negro de una ruleta como valuarte de una muerte sostenida
Solo el cielo y el infierno…acobardan mis sonetos… aplauden mi purgatorio gregario