¡Oh, Padre mio! demasiado te he clamado
me he convertido
en mucho menos que nada
Padre completa tu obra
que un día en mi comenzaste
sácame de la pena,
de la tristeza
sácame de la melancolía
y pon en mi
ese rostro de alegría, de sonrisas
que antes poseía
y exhibía sin medidas.
¡Oh Padre! que todos vean que te tengo
que no se burlen mis enemigos
porque aun estoy en lo profundo
pero tu Padre mio, si oyes y ves
con mirada afable cuanto te llamo
dime ¿porque estoy así?
¿hasta cuando estaré tan enojada?
dame tu mano, oh Jehová
no quiero perecer, rompe tu silencio
anhelo tus mimos y caricias
no quiero más Tu ausencia, hazte presente.
Si no te siento pronto, muero
necesito tu ayuda permanente
que el mundo se entere
que no en vano he atravesado esta tormenta
sufrir, llorar, desconsolarme
pues confío que en tus brazos has de levantarme
y luego de la tempestad
como palmera me plantarás
en terreno seguro y firme
junto a aguas apacibles
y me darás mi anhelada calma y paz.