MELILLA SEDUCTORA

¡He visto a Melilla añorada
y la he oído soñar en voz alta!
¡He visto a Melilla dormida
y la he oído llorar ambarina
He olido una primavera en lustro
en el ánimo de un adulto
y un fado de otoño tranquilo
en la expresión de un chiquillo
y unos pinares esbeltos
que simulan un requiebro
a tantos amores nuevos
que engalanan a mi pueblo.
Pero contemplo hoy en día,
sin apenas merecerlo,
la vieja Melilla, El Pueblo;
diamantino baluarte
de su estado primigenio,
que fue del origen el huevo.
Entre sus pétreas murallas,
sus baluartes y almenas
esconden las mil historias
alegadas en mil huellas.
El futuro es expectante,
yo no se lo que le aguarda,
el presente está enclavado
en mi tierra y su acompaña;
cuando puedo me defino,
cadena a tenor de España.