Una prueba verdadera
de la existencia de mis sentidos
es notar el calor del sol,
la sensibilidad de las pupilas
al caer la noche,
oír los pájaros de la mañana
despertando a un nuevo día,
saborear el jugo de la fruta
y oler la lluvia en otoño.
Si alguno de ellos me faltase
no habría de preocuparme
porque siento tu querer
Yo te puedo ofrecer,
para que con el instinto del amor,
comprendas que eres correspondida,
un beso cada mañana,
tenderte la mano para caminar unidos
y un abrazo al desfallecer.
No temas, podemos vivir juntos un nuevo día,
nos podemos querer siempre, como antes.
Tener nuestra primera aventura
desconocer nuestros nombres
y dejar volar la pasión.