Porque sé que eres, la razón de mi vida,
el mas alto honor que un humano detente,
la página del libro que una vez leída
se vuelve tan dócil, que vaga transparente.
El mar de las nostalgias, puro, indulgente,
los otros pasajes, que vuelven a mis nidos,
la verdad purificada entre halos asistentes
la magia de besarte, apenas te has dormido.
Porque sé que eres, la razón de mi vida,
los goces ausentes que marcharon peregrinos,
el costado oculto que vivió en mis diatribas,
la solución al dolor, el éxtasis del destino.
Los ojos que perforan la piel cual un diamante
expuesto en cada haz, de luz que me detenta,
el sublime amor que me das a cada instante...
los pasos hacia ti que me debitas en tus cuentas.
Porque sé que eres, la razón de mi vida,
todo que lo que ansío en tus ojos asesinos
esos que matan, cuando miran mi agonía
que parten el átomo, incesante del destino.
Y al paladear tanta gloria, que de mi alma se adueña,
supongo que tus manos alcanzaron mis candados,
cerrojos de la noche que hoy, mi pequeña!
yacen sin doler, en algún sitio...olvidados.