Con esa dulce mirada
te fuiste colando en mi alma.
Fui siguiendo tus pisadas
y cegándome por tus palabras.
De repente comencé a pensar
que tú podías cambiar
y yo ser para ti alguien especial.
Tus te quieros sabían a miel
y yo creía que tu alma
me estaba siendo fiel.
Sin parar de pensar en ti
en mil ilusiones me perdí.
Mis ojos pude abrir
al darme cuenta
que tú sólo sabes mentir.
Y ahora volver a la dura realidad,
que yo sólo soy una más
y tus profundas palabras no eran de verdad.
Mil veces me avisaron
que tú no eras para mí,
pero esas voces se disiparon
y yo sólo te oí a ti.
Y duele,
sé que trataré de buscarte,
de aferrarme a ti.
Y mi corazón siente que muere
pero tratará de olvidarte
y empezará a latir sólo para mí.
Mujeriego de nombre,
embaucador de apellido.
Ignoraste mis sentimientos,
quebraste mi inocencia.
Ocultando al resto tus pensamientos,
manteniendo tu apariencia.
No te importó herirme,
lo único que hiciste fue mentirme.
Yo te buscaba entre la gente,
tú ni me reconocías.
Te miraba intensamente
pero para ti yo desaparecía.
Véte con tus palabras.
Trágate tus te quieros.
Te llevaste mis esperanzas,
hiciste que volviesen mis miedos.
Hoy no, ya no más,
no te creo.
Sé que volverás
y yo haré como si no te veo.
Búscate otra,
búscate miles.
Que yo me quedaré sola
pero libre de pensamientos viles.
Eres como una sombra
que me deja helada,
que difícilmente se borra
y ha dejado en mí la nada.