La quietud de mi alma no reconforta este corazón herido,
veo miro y rio, pero el espejo frente a mi no me habla
sigo solo.
Rodeados de engendros ávidos de mí
sin saber que ya me han dejado vacio,
alma, corazón y sueños tenidos
se pierden ante su voracidad
aun peor no me hablan, no me miran,
sigo solo.
El suelo agreste lacera mis pies
sé que estoy vivo porque sangro,
pero en más de una ocasión
siento que la muerte radica en mi alma
ya ni los recuerdos me acompañan sigo solo
Solo seguiré, ya a la idea me hice,
mis pasos no dejaran marcas,
mi pensamiento se desvanecerá en el alba,
y en la noche fría triste y silenciosa
solo moriré.