Tan solo hilvanando ilusiones de la vida
con trampas incesantes de dolor a cada paso
encontré en vos todo, sin que nada pida
y me ofrendaste vida, donde intuía el ocaso
Me diste luz, música, ráfagas de alegría
venciendo demonios oscuros del destino
y tu nombre o tu idea fue siempre guía
en los oscuros laberintos del camino.
Pude gozar de tesoros, siendo ajenos
escuchar en aladas voces, celestial coro
valorar el alimento que aún tenemos
o vislumbrar en la herrumbre, brillo de oro..
Fuiste maestra del reencuentro de ternura,
logrando que sea deseado cada momento
mi amarga hiel se trastocó en dulzura
y donde todo era debil, nació el cimiento
Fugaron de mi mente el miedo y los desvelos
dándome las armas para que jamás sienta
el pánico que traen envidias o recelos
porque jamás tu entrega estuvo en venta.
Maestra de amor, de pasión y de templanza
reina sin corona del amor cual sol naciente
sos alborada espiritual, y la esperanza
que derrotó por siempre al dolor silente.