Estaba en mi viaje diario, como siempre rutinario,
Dejé de leer mi diario, ¡Me sentía imaginario!
De pronto cuando sudaba, me regaló una mirada,
Una sonrisa anhelada, de ensueños, ¡tan admirada!
Una mujer muy hermosa, de piel blanca y sedosa
Con un perfume de rosas y una mirada amorosa.
Atónito me quedé, seguro me enamoré,
Se como me sentiré, pues solo la vi una vez.
Cabello suave y sedoso, labios de ensueños golosos,
Pupilas azul verdoso y todo en ella, era hermoso!.
Mi corazón palpitaba y el pulso se me agitaba,
El aire se me acababa, sentía que ya la amaba.
Imponente su grandeza admirable su belleza
Sorprendente calidez y solo la vi una vez.
Ella es más que inspiración, el ángel de mi pasión,
Plasmado en mi corazón, mis versos son su ilusión.
Sus labios míos serán, ¡Mi ansiada felicidad!
Mis manos sólo podrán tocar su suave beldad.
Sentimiento de nobleza, engrandece su belleza,
Sumergido en mi embriaguez, Y solo la vi una vez.
Tuvo que irse deprisa, Igual que la suave brisa,
Aun recuerdo su sonrisa estoy viviendo deprisa!
Sé como me sentiré, de menos yo la echare
Quisiera volverla a ver, pues solo la vi una vez…
Andrés Soria Jácome