Buen día Noceda, otro día de oro,
pues los tuyos, siempre son radiantes,
con ánimo de luz cual sol naciente,
tu rostro espléndido tiene decoro.
Modorra de tu ser no se apodera,
son tan tuyos los sueños reflectantes,
de tu júbilo todos están expectantes,
Tú mismo eres eterna primavera.
La vida misma canta en tu mente
y estará contigo hasta la muerte.
Los problemas amas y los resuelve,
con que orgullo salís de él airoso,
pues en ti llevas el Hado preciso,
el Hacedor, con su manto te envuelve.
Autor: Alcibíades Noceda Medina