Quisiera componerte un poema, buen amigo
bello, simple, pero al tiempo cálido y profundo
hilvanando los versos mas bellos de este mundo,
pero pienso, escribo, intento y nunca lo consigo.
Cientos de viejos borradores duermen hoy conmigo
testigos de horas, minutos y el utópico segundo
donde mi pobre ingenio ausente, yerra vagabundo,
y escribo, pienso, intento y nunca lo consigo.
Jesús, Señor, yo sé que sabes de mi intento,
y espero sepas perdonar a mi pluma vacía
del deseado esplendor que por carecer lamento.
Tal vez algún día, en impensado mágico momento
finalmente lograre escribir la soñada y única poesía
que exalte tu gloria, tu sacrificio y tu tormento.
Emanuele
@H.C.Conde 2011