Al mirarte con ese caminar cansado de tanto andar
Y ver tus manos marchitas de tanto trabajar.,
Esa mirada triste y perdida en tus recuerdos,
Y tu voz ya casi sin aliento, confundido a veces,
Con una sonrisa fría,
Un poco forzada ,
Para hacerme creer que eres feliz,
Mas el reflejo en tu mirada,
No me podía engañar,
Yo te sentía sufriendo,
Yo te veía cansado
Tal vez decepcionado,
De lo que has vivido.
A mi partiéndoseme el alma,
Por no querer ver tu ser ya algo agotado,
Que tal vez ese cansancio,
Esa tristeza,
Que en suspiros percibía,
En parte lo provoque,
Yo que nunca quise herirte,
Ni con un solo pensamiento,
Yo que siempre quise,
Darte todo lo mejor.
Para que tuvieras alguien,
De quien sentirte orgulloso,
Y tal vez fui yo,
Quien te causó una pena,
De la cual no me di cuenta,
Y no me vas a reprochar,
Pues tu alma siempre buena,
Siempre dulce y serena,
Siempre me perdonará,
Papá, que bendición tenerte,
Y poderte consolar,
Con mis palabras de niño,
Que te hagan olvidar.
Un poco si has sufrido,
O simplemente recordar.
Lo hermoso de lo vivido,
En tu largo caminar.