Al fin te has desengañado,
dudabas de mi existencia, ya ves que estoy a tu lado,
no quiero tu indiferencia.
Adviertes y no reparas
que siempre llego con fuerza,
¡regocíjate! ¡fuera las taras!
seré por siempre tu fortaleza
Quiero crecer en tu alma,
con la fuerza de un ciclón,
como los mares en calma,
dar sosiego a tu dulce corazón.
Ayer te miré afanoso,
porque vi que en mi has creído,
tu corazón noble y generoso
mi presencia ha percibido.
Soy el Amor que te contenta,
que a tu pecho abriga y le da calor,
el que a tu vida ilumina y orienta,
y te impregna de rocío en el albor.
Chelo Álvarez
©Derechos reservados.